McLaren 570S Coupé: sorprendente

La terna McLaren se ha integrado. Las Sports Series se vinculan a las Super Series y a las Ultimate Series en el Salón de Nueva York, con la presentación del McLaren 570S Coupé, un superdeportivo entre los superdeportivos a lo largo del tiempo: motor central trasero, tracción transmitida al tren posterior, estructura de fibra de carbono y un diseño que se alimenta de los requerimientos de la
aerodinámica, para obtener el mejor rendimiento de un motor V8 biturbo de 570 CV y 600 Nm.

Un 30 % de los elementos que integra son totalmente novedosos, lo que incorpora el sistema de suspensión, que es determinado para las Sports Series, y además buena parte de los componentes del espacio interior, que han sido creados con el propósito de brindar un habitáculo de gran comodidad que es posible utilizarlo diariamente.


Un diseño exclusivamente deportivo

Las particularidades que se contemplan en las formas del McLaren 570S Coupé no son gratuitas, sino una condición de la labor llevada a cabo para conseguir una excelente aerodinámica y unas ideales prestaciones. Componentes como el diseño de la parte trasera, invitando a aumentar la carga aerodinámica, o la línea de las puertas, cuyo objetivo es suministrar más flujo de aire al motor, son algunos modelos de esto.

La carrocería, instalada sobre un chasis de fibra de carbono MonoCell II, se ha fabricado pensando en el empleo del superdeportivo para el diario, o por lo menos lo consideran así los de Woking. Para esto han renovado la entrada al habitáculo y han aumentado los niveles de protección, a la vez que disminuían 150 kg de masa usando aluminio.

En la línea exterior se observa el progreso de las Super Series y las Ultimate Series, con componentes determinados como las tomas de aire inferiores, los faros equipados de tecnología LED, que será de serie en toda la gama, o las canalizaciones del flujo de aire por el capó y las aletas, hasta alcanzar el diseño de las puertas, donde el flujo de aire se separa entre aquel que debe acceder en la conducta del motor y aquel que debe deslizarse por la superficie del lateral del automóvil. Por último, la caída del techo en dos piezas que McLaren llama arbotantes —como los medios arcos exteriores que encontramos en la arquitectura gótica— posee su justificación de ser en el requerimiento de crear una carga aerodinámica sin acudir a alerones. De esta manera se logra una estética más fluida y una mejor uniformidad de la estructura de lágrima que apreciamos en el habitáculo.